Una mujer agredida sexualmente por su pareja en Inca: "Decía que si le dejaba me iba a matar"

Una mujer que fue maltratada y agredida sexualmente en la localidad mallorquina de Inca en noviembre de 2019 por su entonces pareja ha asegurado que, además, el acusado le amenazó de muerte en varias ocasiones. "Yo sabía que me iba a matar, decía que si le dejaba me iba a matar", ha dicho en el juicio.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma ha arrancado este martes, y dejado visto para sentencia, el juicio contra un hombre que supuestamente agredió, amenazó y violó a la mujer con la que mantenía una relación sentimental, para quien la Fiscalía solicita una pena de 14 años de prisión.

La vista ha comenzado con la declaración de la víctima, quien ha comparecido de forma telemática para evitar cruzarse con el procesado, dado que éste tiene una orden de alejamiento en vigor.

A preguntas de la fiscal, la víctima ha relatado cómo a finales de 2019 llegó a Mallorca procedente de Córdoba junto al hombre, con quien convivió durante una veintena de días en un pequeño domicilio de Inca. Según su testimonio, su pareja le había dicho que había encontrado un trabajo para ella en el municipio y que, una vez allí, se encargaría de buscar uno para él mismo.

No obstante, ha proseguido, pasados los días él no cumplió con su promesa y empleaba el dinero que ella tenía ahorrado para comprar estupefacientes. "Vino a Mallorca con la idea de estar conmigo y que yo le mantuviera", ha subrayado la mujer.

Al percatarse de esta situación, ha indicado, le transmitió al hombre su intención de dejar la relación, lo que derivó en la primera de las agresiones y amenazas de muerte. "La primera vez fueron dos puñetazos, en la casa. Me insultaba, discutíamos y me pegaba", ha expuesto.

Días después, ha continuado la víctima, cuando la convivencia entre ambos era tensa y ella rehusaba hablar con él debido a los constantes insultos --"todos los que se le pueden decir a una mujer", ha apostillado-- y vejaciones a los que le sometía, tuvo lugar la violación.

"Empezó a bajarme la ropa, yo le decía que no, pero se puso violento y se me puso encima. Él decía que yo era su mujer y que me tenía que acostar con él por huevos. Decía que si le dejaba me iba a matar, y yo vengo de un maltrato anterior, del padre de mi hijo, y me quedé paralizada", ha recordado la mujer, quien ha aseverado que sufrió lesiones físicas y psicológicas a causa de esta agresión sexual.

El tercer y último episodio de violencia, según el testimonio de la víctima, que coincide con la secuencia descrita por la Fiscalía en su escrito de acusación, tuvo lugar la tarde del 15 de noviembre, cuando la mujer regresó al domicilio tras acabar su turno de trabajo.

Anteriormente, ha explicado, había quedado con una compañera, a la que le confesó la situación que estaba sufriendo y le pidió ayuda para encontrar un nuevo lugar en el que vivir. Durante ese tiempo el hombre le estuvo llamando al teléfono y, cuando finalmente se lo cogió, éste le reprochó su falta de atención. "Le dije a mi compañera que me iba a matar", ha rememorado.

Así, cuando llegó a su domicilio, le agarró del pelo, la introdujo en el cuarto de baño y le golpeó en la cabeza. En un momento dado ella pudo huir a la cocina, donde él le produjo un corte en una mano e intentó tirarla por la ventana. "Menos mal que por la sangre se escurrió y me pude escapar", ha explicado. Después, salió del edificio y pidió ayuda a su compañera, quien alertó a la Policía Local de Inca.

Uno de sus compañeros de piso --eran cuatro en total--, ha lamentado la víctima, vio toda la escena, pero en vez de atender a sus peticiones de auxilio decidió salir del domicilio.

EL ACUSADO LO NIEGA TODO

El procesado, quien a instancias de su abogado ha sido el último en prestar declaración, ha negado todas las acusaciones que pesan sobre él. Además, ha supuesto que el hecho de que su expareja le denunciara estuvo motivado porque él pretendía abandonar Mallorca y, por lo tanto, también la relación.

El hombre ha contestado a las preguntas de todas las partes y a todas ellas ha asegurado que jamás agredió, insultó, amenazó, vejó o agredió sexualmente a la víctima. "Lo puede parecer, pero yo no suelo insultar ni agredir, suelo ser una persona a la que le gusta la diplomacia. Podemos discutir, como cualquier pareja, pero insultos, vejaciones y malos tratos no, de ninguna manera", ha dicho.

Preguntado por su letrado acerca de la violación denunciada por la víctima, el hombre ha dicho recordar que ese día mantuvieron una relación sexual, pero que fue consentida. "En ningún momento ha habido un forcejeo ni una mala intención", ha aseverado.

Sobre la tercera y última agresión, ha defendido que él tan solo la agarró por los brazos después de que ella le propinara un puñetazo en la boca, pero que en ningún momento intentó tirarla por una ventana.

UN COMPAÑERO DE PISO PRESENCIÓ UNA AGRESIÓN

Acerca de este último episodio ha sido preguntado uno de los dos compañeros de piso de la entonces pareja, quien ha asegurado que presenció como el acusado tenía a la víctima agarrada del cuello y apoyada contra la barandilla del balcón que daba al patio interior del edificio. "Creo que la iba a tirar por el patio, o me dio esa impresión", ha expuesto.

El testigo también ha relatado constantes discusiones entre la pareja, en las que ha dicho que participaban ambos. No obstante, ha puntualizado, el acusado tenía actitudes "machistas" y se enfadaba con la mujer cuando ésta no hacía las tareas del hogar. En concreto, a preguntas de la representante del Ministerio Fiscal, el hombre ha recordado haber escuchado, en alguna que otra ocasión, como el procesado profería amenazas de muerte a la víctima.

La compañera de trabajo de la víctima, quien ha declarado en calidad de testigo y ha asegurado no recordar buena parte de lo ocurrido esos días, ha confirmado que fue ella quien dio aviso a los policías y que acogió a la víctima unos días en su casa. "Me parece que estaba llorando, pero no recuerdo de lo que estuvimos hablando", se ha limitado a decir.

También han comparecido ante el tribunal tres de los agentes municipales que acudieron al lugar de los hechos, quienes han explicado que encontraron la mujer, en estado de nerviosismo y con un corte en la mano, les aseguró que acababa de ser agredida por su pareja. Accedieron al domicilio acompañados por efectivos de la Guardia Civil y lo encontraron, ha incidido uno de ellos, desordenado y con indicios de que podía haberse producido una pelea.

La fiscal y la letrada de la acusación particular consideran que estos hechos son constitutivos de dos delitos de lesiones, uno de amenazas y otro de agresión sexual con penetración, por los que pide que el acusado sea condenado a un total de 14 años de prisión. También interesan que indemnice a la víctima con 12.000 euros por los daños morales ocasionados.

Ambas partes, en sus informes finales, han coincidido en los tres delitos han quedado probados en el juicio, a partir de la declaración de la propia víctima y de los testigos, y han rechazado la versión de la víctima.

Por su parte, el letrado de la defensa ha solicitado que su representado, en tanto en cuanto no cometió los hechos de los que se le acusan, sea absuelto. En concreto, ha centrado su alegato en el hecho de que la exploración genital que se realizó a la víctima no se encontró pruebas de que hubiera sufrido una agresión sexual.

A juicio de un médico forense que ha comparecido a lo largo de la vista, al haberse producido la exploración 13 días después de los hechos no se puede ni confirmar ni descartar que la mujer sufriera heridas como consecuencia de la violación.