El hombre aparecido muerto en Marratxí "abusaba de niños en Es Pinaret, todo el mundo lo sabía y nadie hacía nada"
Ingresó en el centro de menores de Palma tras ser acusado de agredir sexualmente a al menos siete niños
Marina J. Ramos | 17/12/2024
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Giro de los acontecimientos en el caso del hombre aparecido muerto este sábado en Marratxí (Mallorca). Tras desvelarse la identidad del fallecido, Federico B. S., Crónica Balear ha podido recabar varios testimonios de profesionales e internos que coincidieron con él, tanto en el centro de menores de Es Pinaret, como en la cárcel de Palma. Denuncian públicamente que "abusaba de niños ahí" y que "todo el mundo lo sabía y nadie hacía nada". Se le condenó por ocho agresiones sexuales a niños cuando tenía 17 años, y ahí, en el centro de menores, le acusan de intentar violar a otros dos jóvenes. "No tenía remedio, él mismo lo reconocía", apunta un hombre que coincidió con él en Es Pinaret.
El cadáver de Federico, de 34 años, apareció en una zona con vegetación cerca del torrent de Coanegra, a su paso por el Pont d'Inca. Lo encontró una vecina de la zona mientras paseaba a su perro el sábado por la mañana. Con múltiples golpes en la cara y rasguños en las manos -signo de que probablemente intentó defenderse- y sin documentos de identidad encima, el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil lo investigó desde un primer momento como un crimen. Poco más de 24 horas después, el domingo por la tarde, detuvieron a su novio, de momento, el único sospechoso. Todas las líneas de investigación siguen abiertas y se desconocen los motivos que terminaron desembocando en el suceso.
ABUSOS SEXUALES A AL MENOS SIETE NIÑOS
"Me indigné cuando lo vi en las noticias. Algunos escribían condolencias en los comentarios y me pareció injusto que, con todo lo que ha hecho este señor, ahora se le trate de víctima cuando no lo fue. Era un abusador sexual de niños", declara indignado a Crónica Balear un hombre que coincidió con Federico en el centro de menores de Es Pinaret y que prefiere mantenerse en el anonimato.
Cuando apenas tenía 10 años, la Fiscalía de menores ya investigó a Federico B. por abusar presuntamente de otro niño, pero la Justicia no pudo actuar al no tener el mínimo de edad que exige el Código Penal para ser responsable de un delito. Sin embargo, ya con 17 años, ordenaron su ingreso en Es Pinaret por abusar sexualmente de siete menores, de entre cuatro y nueve años de edad. Según recogió la Fiscalía, se ganaba su confianza y los llevaba hasta un lugar apartado como garajes o portales, donde los amenazaba con un cuchillo para someterlos a sus deseos sexuales.
EN EL EL CENTRO DE MENORES INTENTÓ ABUSAR DE OTROS INTERNOS
Crónica Balear ha hablado con un interno, compañero de Federico en Es Pinaret, y un vigilante de seguridad del centro que coincidieron con él durante su estancia entre 2009 y 2013. Relatan tratos de favor por parte de la dirección e intentos de abusos a otros internos. "Parecía que no había roto un plato, un niño de bien. No te podías imaginar después lo que hacía", advierte el que fuera su compañero. Lo describe como un joven de carácter infantil, un tanto pusilánime, que, pese a ser repudiado por el resto de internos por los hechos por los que había ingresado, enseguida se ganó el favor de la dirección y de los educadores. "Tenía una serie de privilegios que los demás no tenían", apunta el exvigilante de seguridad, algo que el compañero corrobora: "Le daba masajes y abrazos a las educadoras y desde dirección le encargaban recados".
Sin embargo, pese a que a simple vista parecía uno de los más tranquilos, acabó intentando abusar de otros dos internos, menores de entre 14 y 15 años. "Uno de ellos era su compañero de habitación. Se metió en su cama e intentó abusar de él", cuenta su excompañero. "Lo sabíamos todos. Era vox populis. También de la impunidad de la que gozaba", expone el exvigilante, quien recuerda que algunos trabajadores de Es Pinaret denunciaron los hechos, pero "la dirección del centro lo tapó absolutamente todo y tomó represalias" contra ellos.
ÉL MISMO DECÍA: "YO NO TENGO SOLUCIÓN"
Con 21 años abandonó Es Pinaret e ingresó en la cárcel de Palma, donde, según ha podido saber este medio, sufrió agresiones físicas por parte de otros presos. Después, se le pierde la pista. "Nos sabemos después qué ha hecho, pero dudo que cambiara. Él mismo decía 'yo no tengo solución", rememora su excompañero, a lo que el exvigilante de seguridad añade: "Los psicólogos sabían que iba a seguir haciendo lo mismo porque estaba enfermo".
VISTO RECIENTEMENTE CERCA DEL COLEGIO DE SON OLIVA
Años después, su compañero del centro de menores, ahora padre de dos hijos pequeños y con una nueva vida alejada de la delincuencia, se lo topó recientemente por la calle mientras acompañaba a sus niños al colegio de la barriada de Son Oliva, en Palma: "Me hirvió la sangre. Yo creo que me reconoció y bajó la mirada". Lo vio más veces, repartiendo publicidad en los alrededores del centro educativo, por lo que difundió una imagen suya y puso sobre aviso por el grupo de madres y padres de los antecedentes de este señor que rondaba por la zona. "No quería que la historia se repitiera, aunque ahora, afortunadamente, ya no habrá más víctimas".