El rey reclama que la inmigración sea tratada con dignidad, integración y respeto a la ley

El rey Felipe VI ha reclamado este martes, en su tradicional discurso de Nochebuena, que el tratamiento de la inmigración se base en el reconocimiento de la dignidad "que todo ser humano merece", el esfuerzo de integración y el respeto de las leyes y normas básicas de convivencia.

Desde el Palacio Real, el monarca recordó que, sin una gestión adecuada, las migraciones pueden generar tensiones que erosionen la cohesión social. Subrayó que la forma en la que se aborde esta cuestión, en colaboración con los socios europeos y los países de origen y tránsito, reflejará la calidad de la democracia.

"Sin olvidar nunca la firmeza que requiere la lucha contra las redes y las mafias que trafican con personas", añadió Felipe VI, haciendo hincapié en la necesidad de actuar con determinación ante este desafío.

EL RETO DE ACCEDER A UNA VIVIENDA DIGNA

Otro de los puntos destacados del discurso fue la dificultad para acceder a una vivienda, un problema que afecta principalmente a los jóvenes, especialmente en las grandes ciudades.

El rey instó a que todos los actores implicados reflexionen y dialoguen para explorar las distintas opciones disponibles, con el objetivo de encontrar soluciones que permitan acceder a una vivienda en condiciones asumibles, priorizando a los jóvenes y a los sectores más desprotegidos.

EL ORGULLO DE UNA JUVENTUD SOLIDARIA

Felipe VI dedicó palabras de reconocimiento a la juventud española, destacando su solidaridad durante la crisis de la DANA que afectó a varias regiones del país. "Nos han llenado de orgullo acudiendo en masa para dar lo mejor de sí en las calles de los pueblos afectados", afirmó el monarca.

Además, subrayó que en los jóvenes radica el futuro de una España que calificó como un gran país, "una nación con una historia portentosa, pese a sus capítulos oscuros".

UN PRESENTE PROMETEDOR Y LOS DESAFÍOS PENDIENTES

El rey destacó el comportamiento de la economía y el nivel general de bienestar social, afirmando que estos indicadores reflejan un presente prometedor para el país. Sin embargo, también reconoció que queda mucho por hacer en áreas como la pobreza y la exclusión social, desafíos que requieren un esfuerzo conjunto para seguir avanzando hacia una sociedad más justa e inclusiva.

Felipe VI cerró su discurso con un mensaje de esperanza y unidad, instando a los españoles a trabajar juntos por el futuro del país, destacando la importancia de la solidaridad, el diálogo y la responsabilidad compartida.