Denuncian que el 65% de los tratamientos médico-estéticos son realizados por personal no cualificado

Casi la mitad de la población española, el 47%, se ha sometido a un tratamiento médico-estético, pero el 65% de estas intervenciones son realizadas por profesionales no médicos y, por tanto, no cualificados, y el 20% se hace en lugares no regulados como centros sin acreditación, peluquerías o domicilios.

Son los datos de un estudio realizado por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) a partir de 1.501 entrevistas (48,9 % hombres y el 51,1 % mujeres) y que desvela que un 22% de la población desconoce lo que es la medicina estética y solo un 7% sabe que procedimientos como la infiltración de neuromoduladores o los láseres son de uso exclusivamente médico.

"La medicina estética no es una técnica, es un acto médico", ha recalcado en declaraciones Sergio Fernández, vicepresidente de la sociedad científica, que ha puesto en marcha la campaña divulgativa 'Tu cara ya no me suena' para concienciar de los riesgos de estos procedimientos cuando no los hace un médico.

DE ALERGIAS A NECROSIS

Un 15% de las primeras consultas que reciben los facultativos tienen que ver precisamente con estos efectos adversos; ponerse en manos equivocadas puede acarrear reacciones alérgicas como un edema o inflamación, pero también más graves como parálisis parciales de algún músculo o incluso necrosis.

La SEME no quiere asustar, pero sí concienciar de que no se puede ir "al tercero izquierda" a hacerse un tratamiento por alguien que no se conoce de nada.

¿Cuáles son los más demandados y, por tanto, susceptibles de ser realizados por personas no cualificadas? Generalmente, tratamientos con toxina botulínica, ácido hialurónico, bioestimuladores... "Es decir, todo aquello que viene en una caja con una jeringa que se coge y se inyecta".

Hay incluso, advierte el doctor, tutoriales en redes sociales que invitan a comprarse el producto en el mercado negro para ponérselo uno mismo en casa. "Nosotros tenemos responsabilidad como médicos, pero el paciente también la tiene mucha para entender que está asumiendo riesgos que son innecesarios", lamenta Fernández.

Botox Party, labios rusos... las redes son una mina de tendencias sospechosas que preocupan especialmente a los médicos, a los que les inquieta especialmente cuando "la gente utiliza los fármacos de manera indiscriminada" o populariza prácticas que "no tienen el menor sentido, como pasarse una lija para hacerse una abrasión en el rostro".

CENTROS SANITARIOS U-48

De todo ello advierte la SEME en su campaña, que ha materializado en una página en la que, a través de píldoras informativas, ayudan a diferenciar los procedimientos médicos de los estéticos, identificar el modus operandi de la mala praxis y tomar decisiones informadas para proteger no solo la belleza, también la salud.

"Un tratamiento de Medicina Estética lleva la palabra Medicina delante porque tiene que estar hecho por un médico. Hay gente que banaliza y piensa que son 3 pinchazos y ya me cambio, y no es así. Tiene que haber una historia médico clínica, hay que saber los antecedentes personales y familiares del paciente, idear el plan de tratamiento y ver si necesita medicación antes o después", insiste Fernández.

Y la única persona que tiene la competencia para poder hacer todo eso, prosigue, es un médico. "Está muy claro y la legislación en España también lo es".

Por ello, SEME ve con buenos ojos la iniciativa del Ministerio de Sanidad para limitar el intrusismo en este sector mediante la reforma del real decreto que regula los centros sanitarios, con la que limitará la práctica de la cirugía estética a médicos con la titulación o formación correspondiente.

"Entendemos que todo lo que parta de las administraciones que ayuden a regular el ejercicio de la profesión siempre va a ser bueno. Lo que la gente tiene que tener claro es que un tratamiento de Medicina Estética tiene que ser hecho por un médico y si las la administración realiza las modificaciones pertinentes para que no queden vacíos legales, para que todo esté claro, nosotros somos los primeros que estamos a favor", ha señalado.

Una de las cosas que debe garantizarse toda persona que quiera intervenirse es que la clínica está acreditada como centro sanitario por la consejería de sanidad correspondiente; estos centros llevan asociados una serie de unidades asistenciales que, en el caso de la Medicina Estética, se identifica como U-48.

Si esa U-48 no aparece en el cartel, que "suele ponerse al lado de los de hojas de reclamaciones", es que "algo raro está ocurriendo".

También hay que desconfiar de los precios bajos; "no hay un perfil de paciente en sí, pero sí un perfil de precio. La gente quiere ir a precios muy económicos y eso normalmente se encuentra en centros clandestinos" que se abastecen de productos que no vienen del mercado regulado.