Aitor Esteban deja el congreso

En un hemiciclo que parece impermeable a la tormenta de cambios rápidos y profundos que se está viviendo en el mundo, los diputados renunciaron momentáneamente este pasado miércoles a la crispación para homenajear con un largo aplauso al portavoz del PNV Aitor Esteban, que deja su escaño para volver a su tierra a dirigir su centenario partido.

No todos participaron en el reconocimiento a Aitor Esteban, un político de los de antes, con reconocido prestigio como negociador y también como orador templado, sereno, y con algunas dotes poéticas; las ocurrentes rimas a las que alguna vez ha recurrido se quedan en la exquisita colección de mejores momentos de la vida parlamentaria.

Le aplaudieron en al término de su última pregunta en una sesión de control del Congreso el Gobierno al completo, el grupo socialista, el de Sumar, los de Podemos y los independentistas, muchos puestos en pie, hasta llevarle al borde de las lágrimas y a un agradecimiento que hizo patente levantándose y extendiendo los brazos.

No aplaudieron los diputados de la mayoría del PP ni tampoco los de Vox. Pero tampoco lo hicieron los de su mismo grupo, el PNV, que ni siquiera en una ocasión tan significativa rompieron su antigua costumbre de no aplaudir jamás las intervenciones de sus oradores.

Desde la bancada popular muchos sonrieron ante el gesto dedicado al diputado vasco e incluso una diputada animó irónicamente a los socialistas a seguir aplaudiendo más y más.

Con su partida hacia el Norte, Esteban cierra un largo ciclo de 21 años en el Congreso -ocupa escaño desde 2004- y concluye la etapa como portavoz que inició en 2016.

Fiel a su manera serena y recia de dirigirse al hemiciclo (logra hacer el silencio durante sus intervenciones), este miércoles trajo a colación, para su última pregunta parlamentaria, la "preocupante distopía geopolítica" que amenaza el mundo, más allá de la Carrera de San Jerónimo y hasta de su tierra vasca.

Y se permitió el lujo de ponerle deberes al emplazarle "por enésima vez" a cambiar la franquista Ley de Secretos Oficiales, aunque él no vaya a verlo como diputado, a lo que el presidente le aseguró que se modificará "en esta legislatura".

Gran aficionado al rugby, cuyas reglas aprovechó alguna vez para explicar en clave deportiva el complicado devenir del Gobierno de Pedro Sánchez, que es más de baloncesto, Esteban se va para jugar en una cancha donde los de EH-Bildu se configuran como el adversario que gana puntos a toda prisa, su mayor amenaza.

En el hemiciclo deja el eco de aquel famoso intercambio de ripios con Rajoy en su investidura de 2016: "Si bien me quieres, Mariano, menos leña y más grano", a lo que el candidato le respondió "Si quieres grano, Aitor, te dejaré mi tractor".

Un vehículo, que según advirtió no hace mucho al actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo lo tiene "gripado" por usar "aceite Vox".