El CNI desechó al imán de Ripoll (responsable de los atentados de Barcelona) como confidente en 2014
El Centro Nacional de Inteligencia concluyó que no era de fiar
EFE | 13/01/2025
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El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) descartó a Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll y responsable de los atentados de Barcelona de 2019, como confidente al concluir que su "tendencia al engaño" lo invalidaba para esa labor en 2017, antes de su salida de la cárcel, su traslado a Ripoll como imán y su implicación en los atentados de Cataluña de agosto de 2017.
Esa es la conclusión de las actas de las visitas que los agentes del CNI hicieron a Es Satty en 2014 en la cárcel de Castellón, donde estaba a punto de cumplir condena por tráfico de drogas y donde lo entrevistaron en tres ocasiones y le dieron un teléfono por si, una vez en libertad, tenía información relevante que aportar.
El Gobierno acaba de desclasificar esas actas, junto con el informe psicografológico que se hizo de una carta que se le pidió escribir y al contenido de la comparecencia del exdirector del CNI Félix Sanz Roldán en 2018 en la comisión de secretos oficiales del Congreso.
Esos documentos, aportados a la comisión parlamentaria que investiga los atentados del 17 de agosto de 2017, apuntan a que el CNI contactó con Es Satty poco antes de su salida de prisión porque su nombre aparecía en el marco de la Operación Chacal contra el terrorismo yihadista desarrollada en 2006 por su relación con jóvenes radicalizados de Vilanova i la Geltrú (Barcelona).
Se le investigó para analizar si podía suponer un riesgo para la seguridad y, en caso contrario, para evaluar su posible reclutamiento como fuente del centro, para lo que se hicieron tres visitas en marzo y abril de 2014.
"Es preciso mantener una gran cautela. Es un individuo del que no se tiene ninguna fiabilidad ni confianza", dice el informe de la última de esas visitas.
También se analizó una carta que se le pidió escribir sobre sus recuerdos sobre el tiempo en que estuvo en Vilanova i la Geltrú como imán suplente, un texto del que los expertos concluyeron que era una persona de alta inteligencia y mucha memoria, con capacidad para manipular y tendencia a la "insinceridad": "Si dice que no se acuerda de algo de lo que deba informar, lo más probable es que esté mintiendo".
El entonces director del CNI explicó en su comparecencia secreta ante los diputados que esa propensión a la mentira y a incumplir directrices "invalidaba" a Es Satty para colaborar con el CNI, por lo que pasó a ser objeto de seguimiento durante siete meses en los que no se observó ninguna actividad o conversación que indicara que se hallaba inmerso en un proceso de radicalización.
Durante esos meses, Es Satty contactó de forma esporádica con el CNI, siempre él y sin aportar ninguna información relevante, por lo que a finales de 2014 se decidió levantar también el seguimiento que se le hacía y dedicar esos recursos a otros objetivos.
Dos meses después, en febrero de 2015, se trasladó a Ripoll, donde se convirtió en imán de la mezquita y donde tuvo un papel fundamental en la creación de la célula que organizó los atentados de Cataluña de agosto de 2017.
El propio Sanz Roldán afirmó en el Congreso que los ataques de Barcelona y Cambrils obligaron a revisar los antiguos parámetros para determinar la radicalización de un objetivo, al tratarse de una célula de organización y composición "novedosa".
Fue tajante el director del CNI al defender el trabajo de sus agentes y al tachar de "especialmente vil" la insinuación de que el CNI permitió los atentados, algo que habría supuesto un "gravísimo crimen".