Las elecciones alemanas: claves de un giro anunciado hacia la derecha

En unas elecciones dominadas por el debate migratorio y marcadas por varios atentados mortales, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha alcanzado el 20,5 % de los votos, duplicando su resultado de 2021

EFE | 24/02/2025

El presidente de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), Friedrich Merz

Los resultados preliminares de las elecciones legislativas alemanas de este domingo indican un giro a la derecha, aunque el Bundestag quedará altamente fragmentado, dificultando la formación de un Gobierno estable. Este escenario se da en un momento de incertidumbre nacional, con la mayor participación electoral desde 1990, y en un contexto internacional marcado por la guerra en Ucrania y las tensiones con EE.UU.

UN BLOQUE CONSERVADOR SIN MAYORÍA ABSOLUTA

El bloque conservador, liderado por Friedrich Merz, ha obtenido menos del 30 % de los votos, quedando muy lejos de la mayoría absoluta y logrando su segundo peor resultado histórico, solo superado por el de 2021.

A pesar de este resultado, Merz se perfila como el favorito para la Cancillería, representando el ala más derechista de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y alejándose del legado de Angela Merkel.

ASCENSO HISTÓRICO DE LA ULTRADERECHA

En unas elecciones dominadas por el debate migratorio y marcadas por varios atentados mortales, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha alcanzado el 20,5 % de los votos, duplicando su resultado de 2021 y consiguiendo su mejor desempeño desde su fundación en 2013.

LOS CONSERVADORES MANTIENEN EL CORDÓN SANITARIO

A pesar del avance de la AfD, los conservadores han reiterado su negativa a negociar una coalición con el partido de Alice Weidel, aunque ambos coinciden en sus posturas sobre inmigración, como la restricción del asilo y el cierre de fronteras.

Sin embargo, en enero, Merz rompió su promesa de no impulsar iniciativas parlamentarias que dependan del apoyo de AfD, lo que ha generado preocupación entre los partidos de izquierda, que temen que los conservadores terminen cediendo a una alianza con la ultraderecha si no logran otros aliados.

INFLUENCIA INTERNACIONAL EN LA POLÍTICA ALEMANA

Incluso si AfD no entra en el Gobierno, su papel como principal fuerza de oposición podría convertirla en una quinta columna al servicio de intereses externos.

Durante la campaña, la ultraderecha ha contado con el respaldo del magnate tecnológico Elon Musk y ha sido favorecida por el presidente estadounidense, Donald Trump, quien calificó la jornada electoral como un "gran día para Alemania".

Además, el Kremlin no ha ocultado su preferencia por AfD, ya que el partido aboga por restablecer relaciones con Rusia, reanudar las importaciones de gas ruso a través del Nord Stream y cesar el apoyo militar a Ucrania.

INCERTIDUMBRE SOBRE LA FORMACIÓN DE GOBIERNO

El futuro Gobierno dependerá del desempeño final de dos partidos clave: los liberales (FDP) y la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), de izquierda populista, que se encuentran al borde del 5 % necesario para entrar en el Bundestag.

Si alguno de estos partidos logra representación, los conservadores podrían quedar sin suficientes diputados para formar un Gobierno únicamente con los socialdemócratas del canciller saliente Olaf Scholz. En ese caso, la CDU se vería obligada a negociar con Los Verdes, a pesar de las grandes diferencias políticas entre ambas formaciones.

EL FIN DE LA ERA SCHOLZ

El Partido Socialdemócrata (SPD) ha obtenido su peor resultado desde 1980, cayendo por primera vez al tercer puesto, con poco más del 16 % de los votos.

El propio Scholz calificó la jornada como "amarga" y, tras fracasar en su intento de remontar en las urnas, ha anunciado su retirada de la política nacional. Además, cederá el liderazgo del SPD en las negociaciones de coalición, donde el favorito para sucederlo es Boris Pistorius, el actual ministro de Defensa, considerado uno de los políticos más populares del país.

RIESGO DE BLOQUEO POLÍTICO

Aunque Merz ha asegurado que espera completar la formación de Gobierno antes de Semana Santa, la fragmentación del Bundestag aumenta el riesgo de una crisis institucional.

Si las negociaciones fracasan y se requiere un tripartito, Alemania podría quedar temporalmente ingobernable, agravando la inestabilidad económica y política en el país.

En el contexto europeo, la ausencia de un Gobierno sólido en Alemania también tendría repercusiones en la Unión Europea, especialmente en un momento donde se necesita una respuesta firme y unitaria ante la política exterior de EE.UU., los aranceles de Trump y la situación en Ucrania.

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