Así te cazan los radares de tramo: cómo funcionan y las trampas que ya no sirven

La Dirección General de Tráfico (DGT) sigue reforzando su estrategia contra el exceso de velocidad con la instalación de nuevos radares, especialmente los de tramo, que han demostrado ser más eficaces en la reducción de accidentes.

Mientras algunos defienden su utilidad por motivos de seguridad, otros los ven como una herramienta puramente recaudatoria. Sin embargo, estos dispositivos han logrado reducir la siniestralidad entre un 30% y un 50% en las carreteras donde han sido instalados.

¿CÓMO FUNCIONAN LOS RADARES DE TRAMO?

A diferencia de los radares fijos y móviles, que solo captan la velocidad en un punto concreto, los radares de tramo calculan la velocidad media de un vehículo en un recorrido de varios kilómetros.

El sistema registra el momento exacto en que un automóvil entra y sale del tramo controlado, calculando el tiempo que ha tardado en recorrerlo. Si el resultado supera el límite permitido, se genera automáticamente una multa.

Este método permite a la DGT tener un control más preciso de la velocidad real de los vehículos, especialmente en zonas donde el exceso de velocidad es un problema recurrente.

ESTRATEGIAS PARA INTENTAR ESQUIVAR LOS RADARES

A pesar de su efectividad, muchos conductores buscan maneras de burlar los radares de tramo. Algunas de las tácticas más comunes incluyen:

• Acelerar al principio y frenar bruscamente al final: una maniobra arriesgada que no siempre funciona, ya que la velocidad media debe mantenerse dentro del límite durante todo el trayecto.
  
• Salir por desvíos intermedios: algunos conductores intentan abandonar el tramo antes de llegar al segundo punto de control, evitando así que su velocidad sea registrada en el tramo completo.
  

Aunque estas tácticas pueden parecer ingeniosas, la DGT está tomando medidas para evitar que los infractores eludan las sanciones.

LA RESPUESTA DE LA DGT: MÁS RADARES Y MAYOR CONTROL

Para contrarrestar estas estrategias, la DGT está evaluando la posibilidad de combinar los radares de tramo con radares móviles, que operarán de forma aleatoria dentro de los mismos recorridos controlados.

Con esta medida, Tráfico busca cerrar el cerco a los infractores y garantizar que el objetivo de estos radares sea reducir accidentes y mejorar la seguridad vial, más allá de la percepción de que su única finalidad es recaudar multas.