Cuidado con este testigo del coche: si se enciende, no pasarás la ITV

Revisarlo a tiempo es clave para evitar daños mayores y garantizar la seguridad del vehículo

Alicia Romero | 25/01/2025

El testigo de avería del motor, conocido como ‘check engine’, es un indicador luminoso que alerta sobre posibles problemas detectados por el sistema electrónico del vehículo. Este pequeño testigo, generalmente de color amarillo y con forma de motor, se enciende al activar el contacto y debe apagarse tras arrancar. Si permanece encendido o se activa durante la marcha, es crucial acudir de inmediato a un taller para identificar y solucionar el problema.

Si el testigo de avería está encendido mientras el motor funciona, el vehículo no podrá pasar la ITV hasta que se repare la avería causante. Además, ignorar esta advertencia podría derivar en problemas mecánicos graves que afecten tanto al motor como a la seguridad del vehículo.

LA FUNCIÓN DEL TESTIGO MIL

La centralita del motor o ECU (Unidad de Control del Motor) es responsable de supervisar el correcto funcionamiento de los diferentes sistemas del motor. Este dispositivo electrónico, conocido como testigo MIL, detecta parámetros fuera de lo normal y alerta al conductor mediante el testigo de avería en el cuadro de instrumentos.

Las causas que activan este testigo pueden ser diversas, pero todas requieren atención inmediata en el taller, ya que podrían derivar en averías más costosas o poner en riesgo la seguridad del vehículo.

CAUSAS MÁS COMUNES DEL TESTIGO ‘CHECK ENGINE’

Funcionamiento anormal del motor

  • Consumo excesivo de carburante o aceite.
  • Exceso de emisiones contaminantes debido a fallos en la combustión.
  • Temperatura elevada por problemas en el sistema de refrigeración.

Averías en el sistema de alimentación

  • Fallos en la bomba de combustible o inyectores sucios, causando tirones o pérdida de potencia.

Problemas en el dispositivo de sobrealimentación

  • Fallos en el turbo o compresor volumétrico por piezas dañadas o refrigeración inadecuada.

Fallo en el sistema eléctrico

  • Errores generados por cables, conexiones o bujías defectuosas, que pueden impactar en otros componentes del motor.

Calentadores defectuosos (en motores diésel)

  • Las bujías especiales no alcanzan la temperatura necesaria para el arranque.

Caudalímetro averiado

  • Este sensor, encargado de medir la cantidad y temperatura del aire que entra en los cilindros, afecta a la inyección electrónica.

Problemas en órganos móviles del motor

  • Desajustes en el cigüeñal o árboles de levas que generan vibraciones, ruidos y un mal funcionamiento del motor.

Sonda lambda dañada

  • Este sensor mide los gases del escape para dosificar el combustible durante la combustión.

Fallo en la válvula EGR

  • Responsable de reciclar gases de escape para reducir emisiones, su fallo incrementa el consumo y reduce la potencia del motor.

Catalizador dañado

  • Un golpe o el uso pueden afectar al catalizador, encargado de reducir emisiones contaminantes. Su avería puede provocar vibraciones y pérdida de rendimiento del motor.

ACTUAR A TIEMPO: CLAVE PARA EVITAR AVERÍAS GRAVES

La activación del testigo de avería es una advertencia que no debe ignorarse. Un diagnóstico temprano puede evitar daños mayores en el motor y garantizar la seguridad durante la conducción. Ante cualquier anomalía, lo más recomendable es acudir de inmediato a un taller especializado para evaluar la situación y realizar las reparaciones necesarias.

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