Descubren un acantilado de 1.000 metros en un cometa a casi mil millones de kilómetros de la Tierra
La altura del acantilado equivale a la de 10 rascacielos como el Empire State Building
Alicia Romero | 10/12/2024
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La Agencia Espacial Europea (ESA), a través de la sonda espacial Rosetta, ha revelado imágenes impresionantes del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, destacando un acantilado colosal de aproximadamente 1.000 metros de altura, ubicado en la región denominada Hathor.
Este descubrimiento es un hito en la exploración espacial, ya que ofrece una visión sin precedentes de las características geológicas de un cometa.
El cometa, situado a unos 996 millones de kilómetros de la Tierra en su punto más alejado, fue explorado por la misión Rosetta, que fue lanzada en 2004 y llegó a su destino en 2014. La sonda orbitó el cometa durante dos años, capturando imágenes de alta resolución y recopilando datos que continúan siendo analizados por científicos de todo el mundo.
UN PAISAJE EXTREMO
El acantilado, cuya altura equivale a la de 10 rascacielos como el Empire State Building apilados uno sobre otro, está compuesto por materiales helados y rocosos que forman parte de la estructura del cometa.
Las imágenes procesadas por Stuart Atkinson, divulgador científico y colaborador en la misión Rosetta, muestran la impresionante escala y detalles de este paisaje extraterrestre.
El cometa 67P, con su forma irregular y sus dos lóbulos conectados por un "cuello", ha intrigado a los científicos desde su descubrimiento. La región de Hathor, donde se encuentra este acantilado, destaca por sus paredes casi verticales y su aparente inestabilidad, con rocas y escombros que parecen haber caído al fondo con el paso del tiempo.
La distancia del cometa a la Tierra varía constantemente debido a sus órbitas elípticas.
Aunque en su punto más cercano se encuentra a unos 510 millones de kilómetros, el cometa puede alejarse hasta casi mil millones de kilómetros de nuestro planeta.
Este entorno extremo, junto con la débil gravedad del cometa, hace que las formaciones geológicas como el acantilado sean aún más asombrosas.
UNA MISIÓN HISTÓRICA
Rosetta marcó un antes y un después en la historia de la exploración espacial al convertirse en la primera sonda en orbitar un cometa y aterrizar un módulo, Philae, en su superficie.
Los datos recopilados han proporcionado valiosa información sobre la composición de los cometas, considerados cápsulas del tiempo que contienen pistas sobre los orígenes del sistema solar.
Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento del cometa 67P, sino que también inspira nuevas preguntas sobre la formación y evolución de estos cuerpos celestes. El acantilado de Hathor se erige, tanto literal como figurativamente, como un monumento a la capacidad humana de explorar los confines del universo.