El error que cometemos al beber leche

Un gesto aparentemente inofensivo que muchas personas realizan casi de manera automática podría estar restándole valor nutricional a la leche. Se trata de retirar la costra que se forma al calentarla, un hábito común que, según los expertos, no solo afecta al sabor, sino también a los beneficios que aporta este alimento.

¿QUÉ ES LA COSTRA Y POR QUÉ SE FORMA?

La costra que aparece al calentar la leche es una capa resultante de la concentración de proteínas y grasas en la superficie, debido a la evaporación del agua.

Aunque su aspecto puede no ser atractivo para algunos, esta capa es rica en nutrientes esenciales. Al eliminarla, se pierden componentes clave como proteínas, vitaminas y minerales, lo que puede reducir la calidad nutricional de la leche.

Muchas personas encuentran desagradable la textura de la costra, por lo que optan por retirarla antes de consumir la leche. Sin embargo, esta práctica no solo afecta el contenido nutricional, sino que también elimina una característica distintiva de la leche de alta calidad.

Cristina Lora, especialista en seguridad alimentaria, explica en sus redes sociales que esta capa no es nata, sino una proteína llamada lactoalbúmina. ç

Este componente se desnaturaliza al exponerse a altas temperaturas, separándose del líquido y formando la costra. Lora señala: "Aunque no sea muy atractiva visualmente, desecharla implica perder nutrientes importantes y convierte la leche en algo similar a agua azucarada".

Además, la experta asegura que consumir la costra facilita la digestión y aprovecha al máximo las propiedades de este alimento básico.

¿CÓMO APROVECHAR LA LECHE SIN DESCARTAR LA COSTRA?

Para quienes encuentran desagradable la textura, una solución sencilla es batir la leche después de calentarla. Esto permite reincorporar la costra y lograr una textura uniforme, conservando todas sus propiedades.

De esta forma, se puede disfrutar plenamente de la leche sin renunciar a sus beneficios nutricionales.